Sus propios cuerpos
aparecieron atravesados
por la fría y mortecina
daga del agónico sufrimiento
de esa necesidad de
nombrar a las víctimas
y de
nombrar a los muertos
se había convertido en
leit motiv desde aquella
tarde en que se terminó
la leche de la nevera
y la soledad comenzó a
resquebrajar cruelmente
las paredes
[ La mayor parte de los suicidios se registran
las tardes de los domingos
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