Deja de mirarme
con esos ojos famélicos
de muerte
[ Cuando un moribundo está a punto de dejar este mundo
es común que se cubran los espejos
por temor a que el alma del agonizante
quede encerrada en ellos.
Es una intensísima corriente/ un relámpago ser de lecho/ una dona mórbida ola/ un reflujo zumbo de anestesia/ una rompiente ente florescente/ una voraz contráctil prensil corola entreabierta/ y su rocío afrodisíaco/ y su carnalesencia/ natal/ letal/ alveolo beodo de violo/ es la sed de ella ella y sus vertientes/ lentas entremuertes que/ estrellan y disgregan (.....) (Fragmento de "Ella", Oliverio Girondo)
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