jueves, 14 de abril de 2011

ELEUTHERIA


Erase una vez un pajarito, herido y solo.... perdido y confuso..... volando sin saber dónde se iba a posar, que encontró a un ser amable que le ofrecía un hogar prometiéndole que cuidaría para siempre de él.....
El pajarito aceptó, se sentía tan desconsolado.... todo parecía tan bonito a su alrededor....
El tiempo iba pasando y el pajarito era feliz, no sentía la necesidad de volar, estaba siempre con su dueño, cantando para él y se creía afortunado con la vida que llevaba....

El dueño del pajarito era muy muy dichoso, quería a su pajarito más que nada en el mundo.... y entonces empezó a tener miedo..... miedo de perderlo, miedo de que alguien quisiera quitarle a su pajarito....
Ese temor le alteró el sueño, comenzó a tener pesadillas, soñando que su pajarito echaba a volar lejos para no volver....
Decidió que la mejor manera de que el pajarito no marchase era meterlo en una jaula, amplia al principio, cómoda prisión disfrazada.....

En ese momento el pajarito, viéndose atrapado, empezó a querer volar..... sintió la necesidad de libertad, nunca la había sentido antes, sólo cuando se vio dentro de aquella jaula.....
El dueño del pajarito se dio cuenta de esa necesidad, y eso aumentó su miedo.... y no se le ocurrió otra cosa más que meter al pajarito en una jaula aún más pequeña....
El pajarito lloró y lloró..... lloró rios de tristeza..... era un ave, tenía que volar.... y cada vez soñaba que volaba más lejos..... cada día quería volar más lejos.....
Imploró libertad, antes morir que seguir allí encerrado.... pero su dueño a lo más que accedió, con todo el pesar de su corazón, fue a dejarle volar algún día solo, pero con una cuerdecita atada a la pata para que no se fuera muy lejos, para que no se olvidara de volver....

En esos momentos de libertad, el pajarito era feliz.... podía volar cuanto quisiera, el cielo era el límite.... pero tenía que volver..... siempre tenía que volver....
Y a su vuelta a la jaula, el pajarito se sentía aún más triste..... sabía lo que era volar y no podía....
Dejó de comer, pensando que si él se hacia más pequeño, la jaula le parecería menos angustiosa..... pero la jaula menguaba a la par que el pajarito.....

Un dia el dueño del pajarito se levantó como cada mañana, y fue a la jaula a darle los buenos dias, y asustado comprobó que el pajarito no se movía.....
¿Estaría muerto?, no..... no del todo, respiraba..... simplemente se había dejado vencer por la pena..... y esa es una forma de morir como otra cualquiera, morir en vida.....
Allí estaba quieto, con el recuerdo de una libertad negada en la mirada...... pero su dueño estaba feliz, su pajarito nunca más echaría a volar.

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